Si tiene diabetes, su plan de alimentación saludable no debería ser tan diferente del plan de alimentación saludable para alguien sin diabetes. De hecho, la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA) se hace eco de las pautas dietéticas recomendadas para el público en general: una dieta centrada en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres (guisantes y frijoles) y productos lácteos bajos en grasa.
Cómo encajan los carbohidratos
Sin embargo, querrás prestar especial atención a tu ingesta de carbohidratos. Para la mayoría de las personas con diabetes, los carbohidratos deben representar entre el 45% y el 55% del total de calorías que consume cada día.
Asegúrese de elegir sabiamente sus carbohidratos; idealmente, de verduras, cereales integrales y frutas.
Intenta evitar los carbohidratos muy refinados como el pan blanco, la pasta y el arroz, así como los caramelos, refrescos azucarados y golosinas. Los carbohidratos refinados tienden a provocar picos bruscos de azúcar en sangre y pueden aumentar los niveles de triglicéridos en sangre.
Los hechos sobre la fibra
Las verduras, las frutas y los cereales integrales no sólo proporcionan más nutrientes por caloría que los carbohidratos refinados, sino que también tienden a ser ricos en fibra. Su cuerpo digiere los alimentos ricos en fibra más lentamente, lo que significa un aumento más moderado del azúcar en sangre.
La fibra se presenta en dos formas: fibra insoluble, que se encuentra en los cereales integrales, y fibra soluble, que se encuentra en los frijoles, los guisantes secos, la avena y las frutas. La fibra soluble en particular parece reducir los niveles de azúcar en sangre al mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que puede significar que se necesitan menos medicamentos para la diabetes.
Además, varios estudios sugieren que comer mucha fibra reduce las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas, y las personas con diabetes deben hacer todo lo posible para reducir su riesgo.